Pisarás una tierra sin fronteras y llegaras a donde tus sueños te lleven



viernes, 16 de julio de 2010

Llegando a Chile




El 21 de diciembre, dia del solsticio de verano del 2006 comenzó una de las grandes aventuras que cambiarían mi vida para siempre. Salimos del aeropuerto de Bogotá por la tarde, de ahí volamos hasta Lima donde estuvimos un rato y tomamos otro vuelo a Santiago de Chile a donde llegamos a las 3 de la mañana del 22 de diciembre.

En uno de los vuelos conocimos a un scout de Venezuela, que nos invito a quedarnos en su casa cuando fuéramos. Nosotros ya conocíamos Venezuela por que en el 2005 estuvimos en isla Margarita, con esto quiero mostrar una de las ventajas que tiene el ser scout. Un scout siempre tiene una casa y una partecita de una gran familia en cualquier lugar del mundo.

Mi tía vive en Temuco que queda a 12 horas de Santiago en carro. Esa noche nos quedamos donde una prima que vive en Santiago y a la mañana siguiente partimos a Temuco en un bus.

En el bus no pude dormir, el paisaje me tenia embobada, como sorprendida, uno ve eso y se siente dentro de una postal y descubre que algunas pinturas que parecerían sacadas de la imaginación probablemente nacieron de alguien que se sentó por ahí a un lado de la carretera a pintar lo que estaba viendo.

Llegamos y estuvimos recorriendo gran parte del sur de Chile. Fue una gran experiencia por que durante toda la vida he admirado la cultura indígena, su pensamiento, su arte, su entorno, su equilibrio, sus religiones, sus mitos, sus creencias, sus costumbres, sus idiomas, en fin todo. Siempre me gusto mucho esto y Chile es un país en el que muchas de estas cosas aun quedan vivas y prevalecen aun con el paso de los años. Los nombres de la mayoría de los lugares son en mapudungun (idioma de los Mapuches, pueblo indígena habitante de gran parte de Chile y Argentina), además uno va a las notarias o al registro civil y están los letreros en español y en mapudungun. Mi ahijado Daniel, el hijo de mi tía es de ascendencia mapuche, así que por esta parte también aprendimos mucho sobre esta cultura de la cual nos enamoramos.

Además me sorprendió mucho la importancia que tenían en los dos países. Aunque aquí en Colombia fueron importantes mucha de esta identidad la hemos perdido y aunque yo se bastante de los indígenas que habitaron mi país, creo que parte del conocimiento se ha perdido. Todo lo aprendido sobre esto se vera reflejado meses después.

Entre las cosas que hicimos fue conocer la nieve en el volcán Llaima. Estuvimos unos días en un pueblo todo construido en madera, al lado de un lago y un volcán llamado Pucón, hermoso. Uno jamás se llega a imaginar que en el mundo existan lugares así, como se dice popularmente, hasta no ver no creer.

Rumbo al Sur



Un día en septiembre del 2006 llego a mis manos algo que cambiaria todo el rumbo de esta historia, es probable, que todo estuviera escrito para ser así. Recuerdo estar sentada frente al computador del tercer piso de mi casa. Mi mama llamo a mi hermano y cuando estuvimos los cuatro dice:
- en alguna parte de la casa hay un regalo de navidad que llego por adelantado, tienen que buscarlo donde creen que “papa Noel” lo dejaría.

Y empezó la búsqueda, después de un rato de buscarlo por varias partes de la casa y de recibir algunas pistas de mi mama, mi hermano y yo encontramos un sobre blanco que decía: Para Caro y Juanca del Niño Dios (aquí en Colombia llega es el Niño Dios).

Sacamos lo que estaba en el sobre y había una tarjeta de navidad, tenía un árbol con banderas del mundo. Al abrir la tarjeta decía algo así como: su regalo de navidad para este año es un paseo por…y aparecían las banderas de Chile y Argentina y continuaba diciendo incluye paseos, pasajes, comidas, hoteles y la visita a su tía y a sus primos (la hermana de mi mama quien vive en Chile hace como 7 años y nunca habíamos ido de visita).

La noticia nos tomo como por sorpresa, indiscutiblemente iba a ser un gran paseo, además yo estaba muy feliz por que por fin iba a poder conocer la tierra de los enanitos verdes, esa tierra de la que aparentemente no sabía mucho, pero inconscientemente con ella me pasaban muchísimas cosas. Sin embargo, ni mi mama, ni mi papa, ni mi hermano, ni yo, nos hicimos demasiadas expectativas, pues no nos parecían lugares tan increíbles pues habíamos oído muy poco y pensábamos que lo mas importante de todo era poder ir a visitar a mi tía, ir a conocer a mi ahijado y pasar con ellos las fiestas de fin de año. Y tengo que decir lo equivocados que estábamos con la imagen que teníamos de los dos países, pero parte de todo lo que implica un viaje es al final descubrir cosas que uno jamás se imagino, es inmiscuirse en la cultura y aprender todo lo que se pueda, es interactuar con la gente y hacer grandes amigos, es poder comparar todo lo bueno que hay entre las diferencias de un lugar a otro, es abrir los ojos a todo lo que no sabíamos que estaba ahí y así mismo aprovechar y disfrutar al máximo una a una las experiencias que traen los viajes. Un viaje es eso que nos abre la mente a nuevas cosas.


Mi mama y mi tía fueron las que planearon todo y nosotros poco sabíamos del itinerario y de cómo iba a ser el paseo.

Chile fue el segundo país en el mundo en tener scouts así que consideramos que el viaje era una expelente oportunidad de realizar el llamado intercambio scout, en que además de cambiar objetos de cada país se comparten experiencias culturales y se vive la hermandad scout.

Antes de irnos compre insignias, cintas con la bandera de Colombia, y empaque mi pañoleta y mi gorro para cambiarlos. Cuando uno es scout valora todos estos objetos de una manera particular, pasan de ser pedazos de tela a convertirse símbolos que expresan muchos sentimientos, mística y momentos dentro de la vida scout. Sin embargo, el intercambio scout se convierte en un ritual simbólico en el que se intercambian unos símbolos por otros símbolos, se fortalece la hermandad se fomenta el coleccionismo y se consolidan amistades.



La moraleja: jamas juzgues lo que un país puede ser, ni lo que las personas de ese país pueden ser sin antes ir a conocer