Pisarás una tierra sin fronteras y llegaras a donde tus sueños te lleven



viernes, 3 de junio de 2011

Misteriosa y mística, Sintra

Castelo Dos Mouros

Tengo que confesarlo, antes de decidir que no hacia el Camino de Santiago de Compostela en las vacaciones de Semana Santa del 2011, no quedo más remedio que irnos para Portugal. Yo seguía viviendo en España y tenía planeado ir un par de días a conocer, pero no pensé jamás en estar 10 días enteros ahí, me parecía demasiado e incluso llegue a pensar que nos íbamos a aburrir.

Menos mal todas estas ideas fueron erróneas, y de una u otra manera siempre había algo en mi vida que me quería llevar a Portugal (todo pasa por algo). Yo siempre hinchaba por la selección de Portugal en los mundiales de futbol, pero no había tenido mucho interés en conocer más sobre este país.

Al llegar me sorprendí muchísimo, era como un sitio muy Europeo con un toque de sabor Latino que le daba una magia especial y lo convertía en un destino misterioso y paradisiaco a la vez.

Nuestra experiencia comenzó una noche, que salimos de Madrid en bus a Lisboa. Llegamos a la capital portuguesa a las 5:30 de la mañana. Esperamos un poco en la estación de tren y seguimos nuestro rumbo a las 6:35 am a un pequeño pueblo, entre las montañas llamado Sintra, a quien está dedicado el apartado de este blog.

Paisaje en Sintra
Sintra, una pequeña villa a una hora de Lisboa, la capital
Durante nuestro recorrido no faltaron las increíbles Queijadas, típicas de Sintra, que son quesadillas y se elaboran a base de queso fresco. En la parte superior esta caramelizada y el interior es muy esponjoso y tiene sabor como a canela con manzana, mientras la tartaleta que envuelve la masita es crujiente.

de Portugal, nos recibió llena de niebla y un poco de lluvia. Entramos a un café, al lado de la estación de tren a tomar el desayuno. Nuestro hostal no estaba muy lejos, pero solo abrían a las 4pm, habíamos mandado un correo diciendo que llegábamos antes, pero al parecer no lo habían leído. Mientras escampaba un poco nos sentamos en aquel pequeño café, donde disfrutamos de unos calientes mates cebados con “Agua Quente” (de las pocas frases que aprendimos del portugués y una de las que más nos ayudo a estar siempre con alientos) y unos deliciosos pastelitos (en Portugal los productos de panadería son increíbles, hay de muchos sabores).
Quinta Regaleira

Al final dejamos nuestro equipaje en la recepción de un hotel y decidimos salir en medio de la lluvia y la espesa niebla a recorrer la mágica y misteriosa ciudad de Sintra, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995.

Para ser un lugar tan pequeño, tiene muchísimos lugares para visitar, palacios, museos, castillos, ruinas, tiendecillas de suvenires y parques. La cultura se respira por las calles, con las fachadas moriscas y los infaltables azulejos de estilo Portugués (algo que yo jamás había visto antes y que es muy típico y característico de la arquitectura y la decoración Portuguesa de siglos pasados).

Sus inmensos castillos y palacios son la muestra del inmenso poder que tuvo el país en siglos pasados. Son muestras de arte que reflejan el estilo de la sociedad burguesa de diferentes épocas, pasamos desde las ruinas del Castelo dos Mouros, de influencia árabe que data del siglo VIII, hasta la construcción de la Quinta de Regaleira en 1892 con su característico estilo Manuelino único en el mundo.
Vistas de Sintra
A pesar del mal clima, que le dio más misticismo y más emoción a nuestra visita, tengo que decir, que Sintra es uno de mis lugares favoritos, lo recomendaría una y mil veces para quienes visiten Portugal. No está muy lejos de Lisboa, hay trenes cada 30 minutos y el hospedaje no es muy caro (vale la pena quedarse una o dos noches!). 

MORALEJA: No subestimes ningún país, siempre hay mucho que ver y mucho que recorrer en cada lugar al que vamos. Los destinos más exóticos y menos explorados son aquellos que pueden sorprendernos más!