Pisarás una tierra sin fronteras y llegaras a donde tus sueños te lleven



jueves, 26 de diciembre de 2013

10 lugares que no estan en los mapas para visitar en Madrid

Cuando decidí que me iba a vivir a Madrid, no tenía expectativa alguna de la ciudad. Había estado casi un año antes y aunque si bien me parecía muy bonita, sentía que en comparación a otras ciudades Europeas a Madrid le faltaba algo de magia. Madrid no tiene un monumento como la Torre Eiffel o el Coliseo Romano, tampoco grandes complejos turísticos; pero si hay algo que evidentemente tiene en cada calle, cada esquina, cada local, cada historia; es MAGIA! Y yo estaba muy equivocada al pensar que era una ciudad que podría pasar desapercibida. Es por eso que después de haber vivido 10 meses en Madrid, realizo este TOP 10 de lugares que no están en el mapa turístico, pero que en mi opinión son los mejores lugares para encontrar la verdadera esencia de Madrid.

Número 1: Escondido en la Calle Hileras (una de las callecitas que desemboca en la peatonal Arenal) se encuentra La Coquette Blues Bar. Este pequeño recinto que pasa desapercibido y que desde afuera se ve un poco tenebroso es el mejor lugar para deleitarse con el mejor Blues y Jazz de Madrid. En un ambiente tenue, atendido por amables y bohemios meseros se puede disfrutar en la noche madrileña espectáculos casi privados con grupos y artistas de diferentes rincones del mundo. La cerveza es un poco cara, pero compensa el plato de semillas de girasol que dan por la compra de ella, para pasar una noche excelente al mejor ritmo. De lunes a jueves hay presentaciones en vivo. Definitivamente este es un imperdible!

Número 2: Después de pasar por la Coquette, podemos caminar por Arenal, hasta encontrar la Iglesia de San Ginés. Justo al lado del Teatro Joy se encuentra el Pasadizo San Ginés y al fondo la Chocolatería que lleva su mismo nombre. Esta chocolatería es el lugar perfecto para disfrutar de los mejores Churros con Chocolate de Madrid. Además de ser la más antigua de la ciudad y de haber sido visitada por grandes personalidades del mundo entero, está abierta las 24 horas del día, razón por la cual es un lugar genial para desayunar o para ir a pasar el efecto de las cañas.

Número 3: Un lugar para enamorarse, el Jardín del Príncipe de Anglona, o Jardín de los enamorados. Es un pequeño jardín ubicado en la Plaza de la Paja, hace parte de lo que antes fue el palacio del Príncipe de Anglona. Este lugar escondido y perdido en medio de los edificios de La Latina, es un lugar perfecto para ir a hacer un picnic o a tomarse algo con alguien especial, mientras se disfruta de la paz y la calma que transmite el lugar. Cierra a las 5 de la tarde.

Número 4: Un laberinto, una fuente, pasajes de estatuas, gente caminando y un poco de música es lo que compone la plaza de Oriente, ubicada frente al palacio Real. Con sus pequeños jardines, sus masajistas chinos y los músicos tocando en las esquinas es un lugar perfecto para sentarse a ver pasar la gente, tomarse un descanso, disfrutar de la tranquilidad que no tienen otras plazas de la ciudad y de hermosas vistas del palacio (de noche con su color blanco que contrasta sobre el cielo oscuro).

Número 5: Si tuviera que describir la pluriculturalidad de Madrid en una calle diría que Fuencarral, a pesar de estar llena de tiendas de ropa y de moda, es una de las calles donde más se puede disfrutar de la esencia de la ciudad. Aunque a veces el paso se dificulta por la cantidad de transeúntes, es una calle que ofrece muchos contrastes y que en parte deja al descubierto un poco de la diversidad de personas que uno puede encontrarse en una capital Europea. Es posible encontrarse con grupos de música callejeros, como el grupo Ernest (recomendadisimo) y disfrutar de un rato de buena música. También es el lugar de paso de los de los hermanos Emilio y José Alcázar, los "Heavis de Gran Vía", personajes míticos del centro de Madrid.

Número 6: El Café Kino ubicado en la calle Olivar 17, en pleno barrio de Lavapiés, es un lugar perfecto para disfrutar de uno de los mejores cafés de Madrid, junto a un ambiente tranquilo para trabajar o disfrutar con los amigos. Ofrecen una gran variedad de productos de panadería y pastelería que están muy ricos y que son de buen precio. Además, el café Kino es el escenario para disfrutar en una pequeña salita de cine con sofás y sillones, de excelentes muestras del séptimo arte. Kino es ambiente, es cine, es una excelente atención a los clientes y un lugar para pasar el rato en medio de un barrio multicultural de Madrid.

Número 7: Si uno quiere disfrutar de una gran variedad de cervezas artesanales traídas de diferentes rincones del mundo, en un solo lugar, debe ir sin duda alguna, al Mercado de San Fernando en Lavapiés. Ubicado en la calle embajadores 41, este mercado cuenta con una tienda de cervezas artesanales del mundo, atendida por su propietario, un hombre muy “majo” que puede pasar hora explicándole a uno, los secretos y misterios de la cerveza. Está ubicado en una zona muy interesante para caminar y vale la pena pasar antes de las 5 de la tarde (hora en la que cierran) para disfrutar de una “caña” diferente.

Número 8: Uno de los mejores lugares para ver el atardecer en Madrid es el jardín que queda justo al lado de La Real Basílica de San Francisco el Grande, en la calle Plaza de San Francisco s/n en el barrio La Latina. Es un pequeño espacio a un costado de la iglesia, desde donde se tiene una buena vista de la ciudad y se puede uno sentar a tomarse algo mientras disfruta del aire libre y del sol cayendo sobre los edificios. Adicional a este jardín, uno puede caminar por el parque que hay justo debajo de la cuesta en donde se encuentra el mismo y perderse por los pequeños caminos, en los que se puede disfrutar de la naturaleza y de un paseo entretenido, hasta llegar al viaducto.

Número 9: Otro lugar lleno de movimiento y color es la calle Huertas. Ubicada en el barrio de Las Letras, donde se reunían los literatos y artistas de Madrid. Es una de las calles mas concurridas del centro de la ciudad porque esta llena de bares, discotecas y restaurantes, en donde uno puede disfrutar de un trago, bailar o comerse unas tapas. La oferta es variada y hay opciones para todos los gustos. Es un lugar lleno de vida e historias que están contadas en el pavimento que va desde la plaza del Ángel hasta la fuente de Neptuno.

Número 10: El Basha es una tetera ubicada en la Plaza de Matute, 7, justo al lado de la Calle Huertas. Es uno de los lugares en Madrid donde se puede vivir y experimentar el ambiente árabe en todo su esplendor. Atendido por extranjeros y decorado al mejor estilo árabe, el Basha es un lugar perfecto para probar una cachimba y algo de comida tradicional oriental, en un país que históricamente tuvo mucho que ver con la cultura Morisca. Los meseros, no hablan mucho español, pero son bastante amables y se hacen entender. Recomiendo el Hummus y el té de Cardamomo (normalmente los tés los sirven con azúcar, así que es mejor advertir antes si a uno no le gusta).

Bonus: La taberna Pompeyana ubicada en la Calle Alvarez Gato 5, es una de las tabernas mas baratas de la zona del barrio de las letras. Las porciones de tapas (paella, quesos, jamones, cosido, patatas) que dan con la deliciosa Sidra de la casa o con las cañas son muy generosas. El ambiente es muy agradable y los meseros muy amables!

martes, 2 de abril de 2013

Aventura por los Balcanes

“El que no sale nunca de su tierra está lleno de prejuicios.” Carlo Goldoni (1707-1793) Dramaturgo italiano.


“Los viajes sirven para conocer las costumbres de los distintos pueblos y para despojarse del prejuicio de que sólo es la propia patria se puede vivir de la manera a que uno está acostumbrado.” René Descartes (1596-1650) Filósofo y matemático francés.



Tren Cama de Rumanía a Bulgaria


Me encanta cuando decido viajar y la gente empieza a decirme que tenga cuidado con esto, que tenga cuidado con aquello, que en ese país roban, que allá lo estafan a uno, que hay que vigilar todo por si acaso, que la gente en tal lado no es amable, que en tal otro no le ayudan a uno; me encanta que la gente juzgue tanto, por el simple hecho de que eso me hace dar más ganas de ir a ver si sus prejuicios son reales.

Normalmente termino por descubrir que son eso, prejuicios y me pone a pensar que a lo mejor si mis amigos o la gente que me conoce (que no son de donde yo soy), que me ha abierto las puertas de sus casas y de sus vidas (aun sabiendo que soy colombiana), me hubiera juzgado por la historia y las condiciones socio políticas de mi país, hoy no tendría muchos recuerdos de momentos vividos con gente maravillosa.

Empiezo con esa reflexión sobre los prejuicios que tenemos sobre la gente de otras sociedades y sobre esos lugares y países de los cuales no conocemos demasiado, o conocemos lo que los medios generalizan, porque básicamente mi viaje se trataba de ir a descubrir que la gente buena puede estar en cualquier rincón del planeta y que los destinos más desconocidos son aquellos que nos pueden traer más enseñanzas para la vida, porque caminar por ciudades en las que conviven diferentes culturas nos hace más tolerantes y porque aprender a respetar nos ayuda a estar en equilibrio con el mundo que nos rodea.

Atardecer en el Tren
Mi viaje por Rumanía, Bulgaria y Turquía fue un respiro a la agitada vida que llevo en Madrid y un espacio para descubrir que el mundo es más pequeño de lo que pensaba, que no hace falta demasiado dinero para comerse el mundo y que un poco de voluntad y buena onda son la dosis perfecta para salir a caminar.

Salimos el sábado 23 de marzo, después de unos días difíciles en cuanto a trabajo y a convivencia, porque la rutina suele hacer eso con uno, nos lleva a los extremos del cansancio y el stress, y esos lugares son propicios para que resultemos sintiéndonos un poco mal. Sin embargo, arriba del avión ya íbamos de paseo y los malos momentos se quedaron en tierra junto con las responsabilidades, el trabajo y las preocupaciones. Ahora solo había tiempo para volar, o más bien para recorrer el Europa del Este y una pequeña partecita de Asia por los raíles de los trenes.

Pagando en Caru Cu Bere
Podría detenerme a contar que hicimos en cada ciudad, que conocimos, que visitamos y que fue lo que más me gusto, de hecho así había empezado a escribir esta crónica; pero después pensé que eso iba a ser muy extenso y que además por tratar de acortar a lo mejor iba a obviar detalles fundamentales de los lugares que visite. Más bien he decidido contar un poco sobre cada país y las cosas nuevas que descubrí en el viaje, para lo demás están las fotos y porque no una que otra charla con una cerveza o unos mates.

Empezando por Rumanía lo que más me sorprendió fue la belleza de las iglesias ortodoxas, su arquitectura y esa espiritualidad que se siente cuando entra en ellas, que no había sentido en ningún otro tipo de templo religioso antes. Debo confesar que sabía muy poco sobre esta rama de la religión y por las noches de regreso al hostal nos sentábamos en internet a averiguar cosas sobre los ortodoxos. Por ejemplo, la hostia no es como en la religión católica, es pan. En las iglesias Ortodoxas no hay sillas, la gente ora de pie o arrodillada y cantan más de lo que se canta en una misa católica.

Recomendadisima (y muy barata) la comida en el restaurante Caru Cu bere, justo en el centro de la ciudad y muy cerca de una iglesia Ortodoxa chiquitica llamada Stavropoleos , de las más lindas que vimos en el viaje.

Iglesia Ortodoxa de Stravropoleos

Me sorprendió saber que una ciudad como Bucarest tiene el segundo edificio gubernamental más grande del mundo (y se ve desde la luna, según nos dijeron), y que es uno de los atractivos turísticos más importantes del país, aunque un poco desconocido para el resto del mundo; los rumanos se sienten muy orgullosos de su parlamento. En Rumanía la gente no sabe mucho de Latino América, y de Colombia lo que saben es mínimo; sin embargo, la mayoría de los rumanos que saben español, lo saben gracias a las novelas latinoamericanas que pasan por TV y quieren escuchar y conocer más sobre el otro lado del charco. La gente es amable, abierta y respetuosa. Se queja un poco de los bajos sueldos que tienen en comparación al resto de Europa, pero en medio de toda Rumanía es un país bastante más barato que los demás países de la Unión Europea.
Parlamento de Bucarest

Por otro lado está la magia de los castillos, las historias de los bosques de Transilvania y claramente la historia de Drácula el empalador, que son simplemente fascinantes y mágicos. Visitamos 3 castillos con un excelente guía rumano que además de explicarnos sobre estas maravillosas edificaciones, nos contó su visión sobre la gente de su país y nos contextualizo sobre la situación del mismo.

En Bucarest nos quedamos en "Friends Hostel", muy cercano a la estación de tren, en una zona muy bien comunicada y segura a pesar de estar cerca de un barrio gitano. Allí conocimos a Steve y a Andrea, dos de los chicos del personal que se portaron increíble con nosotros y nos ayudaron en todo. Muy recomendado, limpio y de buen precio. **nos gusto tanto que a la vuelta regresamos al mismo**

Castillo de Rasnov
Castillo de Bran
Castillo de Peles
Centro Histórico de Brasov
La ciudad construida en tres niveles
Nos quedamos en el "Gabriel Hostel", atendido por su dueño. A excepción del auto con el que nos llevo a hacer los toures que era un poco viejo e inseguro (y Gabriel manejaba muy mal) es un excelente lugar para disfrutar de Brasov.

Si bajamos un poco más llegamos a Bulgaria, no sin haber tenido un contratiempo con los trenes y haber esperado 8 horas a que el tren llegara porque había nieve en las vías (¿primavera? Ja! No creo que haya llegado aun).Su capital se levanta sobre tres niveles de construcciones, pues los búlgaros son un pueblo que ha decidido respetar sus orígenes y han construido las ciudades preservando las ruinas de los antiguos asentamientos que hubo en el territorio. Es así como ahora en Sofía están intentando construir la segunda línea del metro y en agosto se encontraron restos de la ciudad romana de Serdica. La línea ahora hará una pequeña curva por otro lado, pues las ruinas no se trasladaran ni se moverán de su lugar original, y así mismo podemos hablar de las antiguas iglesias, de la única mezquita, la sinagoga, los edificios soviéticos y los baños termales públicos.


Catedral de Sofía - Alexander Nevsky
Si hablamos del idioma podríamos decir que en Bulgaria fue donde más trabajo nos costó comunicarnos, pues las cosas suenan de una manera y se escriben de otra, los búlgaros usan el alfabeto cirílico, muy parecido al griego y es un lío encontrar el nombre de una calle. Por suerte la gente es tan amable que de alguna manera te da las indicaciones para que llegues al lugar que buscas. Eso si, hay que tener un poco de cuidado, porque los Búlgaros niegan con la cabeza para decir “SI” y asienten para decir “NO”, al contrario que el resto del mundo.

Huevo de la Felicidad
Señalización en Cirilico
En Sofía perdimos un día por el atraso del tren, sin embargo la noche que pasamos nos quedamos en el "Hostel Mostel" donde tuvimos prácticamente un apartamento para nosotras solas. Aprovechamos para recorrer la ciudad con el Free Walking tour que nos dio una pincelada bastante completa de la capital Búlgara. Pueden comprar muy barato perfumes, jabones y cremas de Rosa Mosqueta, es típico de esta zona de Europa del Este.

Antiguos Baños Turcos de Sofía

Mar Negro - Varna
El mar negro estaba completamente helado, a pesar del sol y el calor que hacia, pero los días que pasamos en Varna, al este de Bulgaria nos sirvieron para darnos un descanso de las largas caminadas y jornadas que habíamos tenido en Turquía. Descubrimos más cosas interesantes sobre la cultura búlgara, como que son famosos por la rosa mosqueta y fabrican productos de todo tipo en base a ella. Y no podemos dejar atrás la comida, muy barata y tal vez de lo más rico que comimos en todo el viaje. ¿Por qué los restaurantes búlgaros no son famosos en otros países?

Llegamos a Turquía, específicamente a Estambul, después de compartir con unos españoles que conocimos días atrás en Bucarest. Justo en el tren en medio de una conversación muy interesante y de estar jugando trivia, nos dimos cuenta que también eran Scouts…A esto venia un poco lo de que el mundo es más pequeño de lo que pensamos.

Torre Leandro - Parte asiática de Estambul
Podría escribir un libro detallando cada cosa sobre Estambul, la ciudad que une dos continentes. Intentare ser breve porque este lugar me fascino y creo que volvería una y otra vez y no me cansaría de caminar por lo que alguna vez fue Constantinopla.
Bazar Egipcio de Estambul
Mezquita de Sehzade - Interior
Mezquita Azul
Los turcos son personas excelentes, saben cómo tratar al turista y siempre están dispuestos a ayudarle a uno, a conversarle, a explicarle algo o simplemente a saludar con una sonrisa que reconforta mientras uno pasea por las calles de Estambul. La visión que tenia de ellos mejoro un montón con esta visita, pues a pesar de ser una cultura que ha sufrido muchos cambios y que en sí misma es muy diferente y variada, los turcos son personas capaces de enseñar grandes lecciones de tolerancia y respeto. Al que cree y al que no, al que va vestido de una manera o de otra, al que es de una raza o de otra se le respeta y se tolera su forma de ver el mundo. Siempre están invitando a que uno conozca cómo funciona la ciudad, como se vive la religión, y como es la historia de este pueblo, pero uno jamás siente que lo estén forzando o presionando a ser como ellos. En Estambul o uno abre la mente a descubrir cosas nuevas o la misma ciudad lo hace por uno.

Cuerno de Oro
Los colores del mercado, el cuerno de Oro, el Bósforo, el Mármara, las mezquitas, el humo de las narguiles, los bazares, los frutos secos, los jardines florecidos de tulipanes, las calles llenas de turistas, los comerciantes, los vendedores que te dicen: “creo que tienes hambre, ¿no quieres ver la carta?”, los cantos del Corán, la historia en cada esquina y unas ganas locas de no dejar ese paraíso….Eso es Estambul.

En resumen esos fueron los 15 días de viaje por Europa del Este y un pedacito de Asia. No puedo acabar esta nota sin agradecer a Diani, que fue una excelente compañera de viajes “Muy Warrior”, que cantaba conmigo por las calles y que se animo a aventurar por estos lugares desconocidos. También y aunque la mayoría no habla español hay que agradecer a la gente que conocimos, que nos tendió la mano, nos regalo té, se sentó a conversar con nosotros y nos ayudo en algún momento del viaje. Aun queda mucho mundo por descubrir…
Palacio de Domabace

“El verdadero viaje de descubrimiento no es buscar nuevas tierras, sino mirarlas con nuevos ojos.” (Voltaire)

viernes, 4 de enero de 2013

Last Train To London

"By seeing London, I have seen as much of life as the world can show". Samuel Johnson 

Big Ben
Las responsabilidades y las cosas que hacer hacen que creamos que las cosas “menos” importantes pueden esperar y al final les damos tantas largas que pasan los meses y cuesta sentarse a escribir y a retomar el blog. Pero bueno, sin más preámbulos voy a dar unas pinceladas de lo que fueron mis “Vacaciones” de invierno en Londres y en París.

Inglaterra era uno de esos lugares de los cuales no esperaba mucho, pero al final esos lugares sorpresa son las que terminan convirtiéndose en los destinos favoritos. Así me paso con Londres, cuando salió el viaje no me dedique mucho a pensar en que quería ver o que quería visitar, simplemente deje que las cosas se dieran un poco y me deje llevar por las sorpresas que esta maravillosa ciudad tenía preparadas para mí.

Con sus días lluviosos y su cielo gris recorrí las estrechas calles aun con el legado de los trazados medievales, la vista sobre el Támesis, la historia, los monumentos, los parques llenos de ardillas, las avenidas, las esquinas con Starbucks y pequeños cafés, los museos, la catedral y los puentes.
Vista del Támesis desde la Catedral de San Pablo 
London Bridge

Podría decir que de todo lo turístico que había por visitar no me faltaron muchas cosas y eso se vio un poco reflejado en el cansancio y el dolor de pies, sin decir que cada minuto en algún medio de transporte era la oportunidad perfecta para “un sueñito”, lo que implicaba a veces pasarme de estación en el "Underground".

Underground - Tipografia Edward Jhonston
Fui feliz en ese lugar y me enamore de Londres, que además ¡es la única ciudad en el mundo señalizada con un mismo tipo de letra! (comentario ñoño de diseñador gráfico) ¡Que viva el tipógrafo Edward Jhonston! (que resulto haber nacido en Uruguay).

Gilwell Park
El año nuevo estuvo cargado de música, colores y una pintoresca celebración al lado del London Eye. La multitud esperando las campanadas del Big Ben a las 12 de la noche para recibir un año que se venía cargado de emociones. Es recomendado ir muy temprano para conseguir un buen lugar desde donde disfrutar los fuegos artificiales de media noche. No se les olvide llevar su respectiva botella de champagne para brindar, suficiente abrigo y mucha paciencia para conseguir un autobus de vuelta al lugar en el que se estén hospedando.

De las cosas más emocionantes que hice fue visitar Gilwell Park, donde me hicieron sentir como en casa.  Este lugar es un parque donado a Baden Powell, fundador de los Scouts para que funcionara como centro de entrenamiento para dirigentes Scouts. Cuenta con una biblioteca inmensa y un museo que alberga muchos tesoros de la historia del escultismo.

Disfrutando de Euro Disney
Es lindo ver que el escultismo logra esas cosas y que las aventuras terminan llevándonos a lugares en los que siempre soñamos estar, pero que a lo mejor, nunca imaginamos poder visitar.

Después de una semana en Londres partí a Paris, utilizando el Eurostar, para aprovechar 3 fríos días de recorrer de nuevo esta ciudad y visitar Euro Disney.

Fue la oportunidad perfecta para recordar el viaje que hice hace años a Orlando, mi primer viaje internacional y ese hito en mi vida que me llevo a viajar sin parar. Esta oportunidad, en la que no tenia a mi papá para que me diera la mano en las montañas rusas, me sirvió para quitarme ese miedo y más bien agarrarles un gusto indescriptibles.

Cementerio de Montparnasse
Y es que de eso se trata viajar, de superarnos a nosotros mismos y de crecer, de convertir los miedos en motor para animarnos a seguir descubriendo el mundo en en el que vivimos.

También fue una buena oportunidad para visitar a Ryam mi amiga de Siria y a Pablito, mi amigo de Mendoza, quienes están viviendo allá y por supuesto de disfrutar de paseos al lado del Sena, con una buena lectura de Rayuela, no sin antes pasar por el cementerio de Montparnasse a ver las curiosidades de la tumba de Cortázar


Luego de 12 días de unas “Vacaciones” intensas, volví al Bunker a seguir con mi trabajo y con el estudio. El frió nos ha dado un poco duro y los días a veces se hacen pesados y tristes porque no sale el sol, sin embargo la esperanza de la primavera está siempre presente y la cantidad de cosas que Madrid tiene para mí me mantiene ocupada y con la cabeza trabajando para no estar triste